Las mejores catedrales de España
El urbanismo de Barcelona ha evolucionado de acuerdo con los cambios históricos y territoriales de la ciudad, y en consonancia con otros factores definitorios del espacio público, como la arquitectura, las infraestructuras urbanas y la adecuación y mantenimiento de espacios naturales, parques y jardines.
El desarrollo urbanístico de los últimos años y la apuesta por el diseño y la innovación, así como la vinculación del urbanismo con los valores ecológicos y la sostenibilidad, han convertido a la capital catalana en una de las ciudades europeas punteras en el ámbito del urbanismo, hecho que ha sido reconocido con numerosos premios y distinciones, como el Premio Príncipe de Gales de Urbanismo de la Universidad de Harvard (1990) y la Medalla de Oro Real del Real Instituto de Arquitectos Británicos (RIBA) en 1999. El trabajo realizado y los premios recibidos han hecho que se hable de un “Modelo Barcelona” de urbanismo, que ha servido de guía a numerosas ciudades que han emprendido caminos similares[1].
El clima es mediterráneo, con inviernos suaves gracias a la protección que la orografía del terreno ofrece a la llanura, que queda al abrigo de los vientos del norte. La temperatura suele oscilar entre los 9,5 °C y los 24,3 °C de media. Las precipitaciones son escasas, unos 600 mm al año, y la mayor parte se producen en primavera y otoño. Esta escasez obligó en el pasado a realizar numerosas obras para abastecer de agua a la ciudad, como pozos, canales y acequias. La vegetación de la zona está formada principalmente por pinos y robles de hoja perenne, y un sotobosque de brezos, laurestinos, madroños y plantas trepadoras. Antiguamente se practicaba tanto la agricultura de secano como la de regadío -principalmente viñedos y cereales-, aunque en la actualidad casi toda la superficie está edificada[10].
Las mejores catedrales de España
Reformar una fachada es una de las tareas que, antes o después, toca llevar a cabo en una vivienda. Bien por estética o por lo que fuera necesario reparar alguna grieta o defecto, las reformas en las fachadas son necesarias cada cierto tiempo. Ya se trate de la de una casa unifamiliar cómo de un piso en un bloque de viviendas, tarde o temprano toca poner en marcha su reforma. Pero entonces llegan las dudas… ¿qué hay que hacer antes? ¿qué permisos necesita? ¿cuánto dinero me costará la reforma? y ¿cuánto los permisos? ¿tengo que pedir permiso a los vecinos? ¿cuándo? Las respuestas a todas estas dudas te las mostramos a continuación. Así quedará claro qué pasos hay que dar para reformar la fachada tanto si se vive en una casa unifamiliar como en un piso. Y en este último paso, si la reforma es parcial y sólo afecta a su parte de la fachada como si es de la general.
Si se trata de una vivienda unifamiliar, no será necesario plantear de acorde con ningún vecino, salvo en el caso de que la vivienda estuviera en una urbanización con otras que sean iguales y tengan una verdadera uniformidad. Lo mismo succeeix si la vivienda es un xalet adosado o pareado, en estos casos habrá que plantear de acorde con las viviendas que forman parte de la urbanización o con el vecino que tenga la vivienda pegada.
Majestuoso apartamento en el barrio barcelonés del Eixample Dret de
Se propuso el desarrollo de una trama urbana que incluye un bulevar peatonal y una zona de aparcamiento al aire libre en la cubierta del aparcamiento, así como la creación de una nueva plaza donde antes se situaba la capilla. El proyecto incluye la reforma de la fachada del aparcamiento existente para conectarla con la nueva fachada de la zona ampliada.
Localización: Sant Just Desvern. Barcelona. Autores: Bennasar – Noguera. Isabel Bennasar y Ana M. Noguera, arquitectas. Colaboradores: Marc de la Parra, arquitecto, Carme Estany, arquitecta, Juan I. Eskubi, estructuras, Manuel Fernández, estructuras, y Joan González Gou, ingeniero instalaciones. Propiedad: Ajuntament de Sant Just Desvern. Promotor: M.M.A.M.B. Mancomunidad de Municipios. Área Metropolitana de Barcelona. Fotografía: Mónica Rosselló.
El “hombre araña” francés sube a la torre de París
Las obras originales incluían la rehabilitación general, pero durante los trabajos se detectó un segundo estuco que entrañaba peligro de desprendimiento. Las reparaciones y los forjados deteriorados y mal reparados, con tramos a punto de caer, provocaron el replanteamiento del proyecto inicial, concluyendo que había que demoler los forjados y reconstruirlos. El estuco tuvo que ser completamente desconchado y rehecho con mortero de cal.
Los forjados de los balcones, una vez demolidos, se realizaron con encofrado, incorporando una moldura negativa con el mismo relieve, y se realizó un forjado mixto entre las vigas originales y un nuevo marco anillado anclado a la fachada y hormigonado in situ. El tratamiento final se hizo con estucos específicos y se impermeabilizó y pavimentó de nuevo. Los trabajos en la entrada fueron los mismos, incorporando nuevas vigas y un nuevo falso techo inferior.
En cuanto a los tramos a reparar, se realizó previamente un estudio con morteros técnicos y con la prescripción correspondiente para cada caso, utilizando cales hidráulicas y no hidráulicas, y fibras. Se rehicieron las grietas, incorporando ladrillos antiguos y morteros de refuerzo.