Causas y soluciones del cambio constitucional
El gobierno australiano honró a los pueblos aborígenes e isleños del Estrecho de Torres como “las culturas más antiguas de la historia de la humanidad” en la Apología Nacional a las Generaciones Robadas. Sin embargo, el documento fundacional de la nación no menciona a los pueblos indígenas de Australia.
La historia de nuestra nación está incompleta porque nuestra Constitución, descrita por el Fiscal General como el “certificado de nacimiento de nuestra nación”[1], no menciona las historias de los pueblos que habitaban este continente antes del asentamiento europeo. Cuando se redactó la Constitución, los pueblos aborígenes e isleños del Estrecho de Torres fueron excluidos de los debates sobre la creación de una nueva nación que se situaría en sus tierras y aguas ancestrales.
La Constitución ignora la presencia de los pueblos aborígenes e isleños del Estrecho de Torres antes del asentamiento europeo. Es hora de que la Constitución australiana refleje la identidad australiana y reconozca nuestra historia indígena.
La Constitución australiana también permite que el Parlamento de la Commonwealth promulgue válidamente leyes que son discriminatorias desde el punto de vista racial y contempla la descalificación de las personas para votar en función de su raza. Durante el proceso de referéndum, la nación deberá responder si estas disposiciones reflejan una Australia moderna.
¿En qué consiste la reforma constitucional?
La Ley de Reforma Constitucional modifica el cargo de Lord Chancellor e introduce cambios en el modo de ejercer algunas de las funciones que le corresponden. La Ley también crea el Tribunal Supremo del Reino Unido y suprime la jurisdicción de apelación de la Cámara de los Lores.
¿Qué es la reforma constitucional en Australia?
La Constitución australiana sólo puede modificarse mediante referéndum. En un referéndum, todos los australianos en edad de votar votan sí o no a los cambios propuestos. Para que tengan éxito, la mayoría de los votantes de todo el país y la mayoría de los Estados (cuatro de seis) deben aprobar los cambios.
Soluciones para el cambio constitucional
La Constitución australiana es el documento fundacional de nuestra nación y la principal fuente de derecho del país. La Constitución establece los poderes de cada uno de nuestros tres poderes: el Parlamento, el Ejecutivo y los Tribunales. Crea el espacio en el que se desenvuelven todas las demás leyes internas de este país. Desde el punto de vista político, la Constitución tiene por objeto unir a Australia bajo el acuerdo original y continuo del pueblo australiano.
La Constitución australiana sólo puede modificarse mediante referéndum. En un referéndum, todos los australianos en edad de votar votan sí o no a los cambios propuestos. Para que tengan éxito, la mayoría de los votantes de todo el país y la mayoría de los Estados (cuatro de seis) deben aprobar los cambios.
La Constitución canadiense fue modificada en 1982 y 1983 para reconocer los “derechos de los aborígenes”. En Noruega, el Parlamento noruego aprobó en 1988 una enmienda a la Constitución que reconocía los derechos constitucionales de los sami.
Ejemplos de reformas constitucionales
El Gobierno entrante se ha comprometido a trabajar para lograr dos importantes reformas constitucionales: una voz indígena en el Parlamento y un referéndum sobre la República. La Constitución australiana se redactó en la década de 1890 y sólo se ha modificado en 8 ocasiones desde su entrada en vigor en 1901. Con relativa frecuencia se ha solicitado la actualización de diversos aspectos de este documento fundacional para abordar tanto las circunstancias cambiantes como sus debilidades identificadas o percibidas.
Este artículo tiene por objeto hacer reflexionar sobre las cuestiones más amplias de por qué el cambio constitucional ha sido históricamente tan difícil, cómo el Parlamento podría identificar y avanzar en las modificaciones constitucionales que puedan ser necesarias, y cómo el pueblo australiano podría participar en ese proceso.
Qué es el cambio constitucional
Filipinas ha tenido tres constituciones. La primera, la Constitución de 1935, formó parte del proceso preparatorio antes de la concesión de la independencia por parte de Estados Unidos en julio de 1946. La segunda, de 1973, proporcionó un manto de legitimidad al régimen autoritario de catorce años del Presidente Ferdinand Marcos, padre. La tercera, que entró en vigor en 1987, restauró un sistema democrático republicano en el país.
A pesar de los numerosos intentos, la Constitución de 1987 no ha sido modificada desde su ratificación. Las iniciativas para cambiar una constitución, y los movimientos de resistencia, forman parte de una democracia constitucional. En realidad, Filipinas se encuentra en una posición afortunada, porque el fracaso de los intentos anteriores de modificar la Constitución de 1987 puede ofrecer valiosas lecciones.
Varias razones explican estos fracasos, pero la más fundamental es el escepticismo nacional, basado en la experiencia histórica del abuso del dictador Marcos padre en materia de cambios constitucionales, que cree que las enmiendas no son más que una estratagema para prolongar el mandato de un presidente en funciones. En 1971, una convención constitucional con delegados elegidos comenzó a redactar una nueva constitución. Antes de que pudieran terminar su trabajo, Marcos padre declaró la Ley Marcial. En condiciones tensas y tumultuosas, la convención constitucional se las arregló para elaborar un borrador que finalmente se convirtió en la Constitución de 1973. Sin embargo, esta constitución convirtió a Marcos padre en un dictador constitucional, que ejercía tanto el poder ejecutivo como el legislativo como presidente.